jueves, 27 de octubre de 2016

Por: TLC. Diana Verdugo Villegas

Los pies no solo tienen que ser funcionales, también estéticos, a continuación, se mencionan algunas medidas prácticas que favorecen la salud y cuidado de ellos:
Como en cualquier área del cuerpo, el cuidado de los pies debe comenzar con una buena rutina de higiene:  


  •                Los pies se deben lavar diariamente con agua tibia y jabón antiséptico, hacerlo reduce infecciones bacterianas, el mal olor y secreciones sudorales.
  •             Limar con una piedra pómez las áreas endurecidas como son los callos y callosidades.
  •             Secar bien todo el pie teniendo especial cuidado en las áreas interdigitales (entre los dedos), ya que es en estas zonas donde suelen aparecer las infecciones por hongos.   
  •              Aplicar un producto humectante dando masaje por todo el pie, esto además de prevenir las grietas ayuda a activar la circulación y relaja los músculos y tendones. 
  •               Cortar las uñas de forma recta sin exceder la yema de los dedos, esto evitará que se claven en la piel (uña encarnada).
  •               Una vez a la semana, se debe aplicar un producto exfoliante para eliminar células muertas en todo el pie y evitar la formación de callos y callosidades.
  •              Mantener los pies secos con la ayuda de polvos (talco) y aerosoles con ingredientes antimicrobianos, fúngicos, desodorantes y absorbentes. Esto evitara el mal olor y posibles infecciones.
  •            Es importante que después de utilizar zapatos abiertos o sandalias, se laven nuevamente los pies antes de terminar el día para retirar la suciedad acumulada. Se debe aplicar un hidratante para que actúe durante la noche.




Calzado:
  •         Los zapatos deben ser cómodos, con un tacón de menos de 5cm de altura. Los tacones muy altos deforman con el tiempo la bóveda de la planta del pie y descansan el peso del cuerpo sobre los dedos, estos se presionan contra la punta del zapato provocando deformación. Los zapatos de tacones altos pueden provocar problemas de postura y seguridad, aunque tampoco es recomendable que los zapatos sean totalmente planos.
  •           Se deben evitar zapatos de punta estrecha que presionen los dedos.
  •                     Deben ser de materiales transpirables como piel o textil.
  •                  Flexibles y suaves para evitar fricción con los dedos o el pie.
  •                    El zapato debe tener un contrafuerte (talón rígido y acolchado) para otorgar soporte y un puente con la forma del arco del pie.
  •                   No es recomendable usar un mismo par de zapatos dos días seguidos, pues lo ideal es que tengan una ventilación adecuada para evitar la proliferación de bacterias, mal olor y sudoración.
  •               Para zapatos cerrados, se debe utilizar medias o calcetines de fibras naturales como el algodón y cambiarse a diario pues absorben el sudor.
  •               Se pueden pulverizar los zapatos con productos antimicrobianos y desodorantes de forma periódica para evitar el mal olor y la proliferación de bacterias.
  •               Se consideran zapatos inadecuados: de tacón muy alto, totalmente planos, de punta estrecha, muy rígidos, de materiales sintéticos, que rozan el pie o dedos al caminar, muy ajustados, más grandes a nuestra talla, etc. El uso de estos puede ocasionar problemas en los pies como, callos, juanetes, deformidades en los dedos, ampollas, sudoración excesiva, dolor e inflamación de los pies, y mala postura entre otros.

Al finalizar la rutina del día es recomendable realizar unos breves ejercicios para relajar y descansar las articulaciones. Caminar alternando puntillas y talones, rotar los tobillos hacia la derecha y después izquierda, rodar una pelota pequeña desde el talón a la punta de los dedos y mover y estirar los dedos, elevar los pies apoyándolos en la pared para mejorar la circulación.
 Existen diferentes productos que ayudan a aliviar el dolor, cansancio y tensión de los pies como las sales relajantes, pediluvios, geles y spray calmantes y refrescantes. 
Para mantener los pies bien cuidados y sanos, es primordial mantener una buena higiene y utilizar el calzado adecuado. Revisar periódicamente los pies, si se observan lesiones, callos, juanetes, uñas encarnadas o se presenta dolor, acudir al especialista (podólogo).

BIBLIOGRAFÍA:
Muñoz M.J. Higiene y cuidado de los pies. Offarm vol. 21 núm. 3 marzo 2002.
Fustero I. Cuidado de los pies, Higiene y tratamiento de los problemas más comunes. Offarm vol. 26 núm. 2 febrero 2007.
California Podiatric Medical Association, El calzado apropiado puede reducir los problemas de los pies. http://www.calpma.org