martes, 25 de octubre de 2016

La práctica de pintarse el cabello se realiza desde hace miles de años, los primeros pigmentos utilizados se hacían de materiales hallados en la naturaleza, plantas o minerales, como como la henna, el índigo y algunas bayas silvestres1.
El registro más viejo que se tiene del uso de sustancias para cambiar la coloración capilar es en las antiguas civilizaciones mesopotámicas y Egipto, quienes utilizaban una pasta de henna para esta aplicación. El pelo negro era signo de juventud y vitalidad, por lo que se evitaba el pelo decolorado2.
Poco después, los griegos comenzaron a mostrar un gran interés en el cuidado capilar y al igual que los egipcios, comenzaron a utilizar la henna.
Las hojas de henna se machacaban y se mezclaban con agua o aceites hasta conseguir una pasta para producir tonos anaranjado, cobrizo o marrón oscuro y su contenido de queratina hacía que se prolongará la duración3.
Los pueblos indo-europeos creían que el color rubio se relacionaba con la adoración al sol. Solían rociar su cabello con polvo de oro y adornaban sus barbas con hilos de oro2.
Durante el Renacimiento, fue en Venecia donde se inició la técnica de decoloración del cabello por medio de la aplicación de una solución de sosa natural y exponiendo el cabello al sol durante horas. Este método se propago al resto de Europa y fue muy apreciado en Francia.
En la Francia del siglo XVI, se pusieron de moda algunos polvos para teñir el cabello a base de una mezcla de flores secas con cenizas, extractos vegetales y una sustancia viscosa como soporte. Entre las flores secas se utilizaban violetas y lirios.
En 1860 se comenzó a utilizar el agua oxigenada para realizar decoloraciones del cabello. Se le conocía como “agua dorada de la fuente de la juventud” y su empleo se extendió rápidamente, sin embargo, aún se utilizaban los mismos productos tradicionales para teñir el cabello. A mediados del siglo XIX se introdujo el uso del nitrato de plata como producto para teñir.
El avance en la coloración capilar tuvo un gran aumento a partir de los primeros años del siglo XX con el lanzamiento de los tintes líquidos, que producían una oxidación de los colorantes en el cabello por medio del aire. Poco después se le adiciono alcohol y amoniaco a la solución para aumentar la eficacia y mejorar los resultados de la aplicación.
Hasta ese momento existían dos tipos de productos con funciones y aplicaciones diferentes. Para decolorar el agua oxigenada y para teñir la solución de colorantes (ambos con amoniaco). Lo siguiente fue unir estos dos productos para que en el momento de la aplicación se obtuviera una coloración y decoloración simultánea3.
Actualmente las tendencias de color cambian año tras año, y las empresas que se dedican a fabricar tintes capilares están trabajando para ofrecer productos innovadores, pero que al mismo tiempo protejan al cabello, teniendo en cuenta aspectos que preocupan a los consumidores, como son la calidad, la ausencia de toxicidad y la protección del medioambiente.
En Insight OKMR se realizan pruebas bajo condiciones controladas y estandarizadas para la evaluación de la eficacia de productos, incluyendo cosméticos como los tintes capilares.
Con estas pruebas se puede evaluar el desempeño de los productos, conocer el tiempo de duración del efecto del producto y advertir al consumidor de los beneficios con el uso frecuente del producto.

 BIBLIOGRAFÍA
     1.-Dra. Bertha Pareja. (diciembre 2000). LOS TINTES PARA EL CABELLO. Folia Dermatológica Peruana, Vol. 11 Nº. 3, 1.
        2.-Aurora Benaiges, Farmacéutica. (NOVIEMBRE 2007). Tintes capilares, Evolución histórica y situación actual. OFFARM - Ámbito Farmacéutico, Dermofarmacia, VOL 26, NÚM 10, pp. 68-72.
        3.-Madrid. (6 de agosto de 2015). Tinte del cabello, moda y color en la historia. Mayo-2016, de BELLEZA Y ETERNIDAD-Blogspot Sitio web:http://bellezayeternidad.blogspot.mx/2015/08/tinte-del-cabello-moda-y-color-en-la.html