miércoles, 12 de octubre de 2016

Por: TLC. Diana Verdugo Villegas.
El bronceado es un proceso de defensa natural que presenta la piel ante las radiaciones ultravioleta para evitar quemaduras en las capas más profundas.
En otros artículos se aborda la importancia de proteger la piel contra los dañinos rayos UV, pero los productos de autobronceado, consiguen ese tono tan deseado por los consumidores sin exponerlos a la radiación del sol.
El producto más utilizado que desencadena una reacción de coloración en la piel es, dihidroxiacetona (DHA). La DHA es un azúcar con 3 moléculas de carbono. Los primeros autobronceadores aparecieron en el mercado en el año 1959 (poco después de descubrir las propiedades pigmentantes de la DHA, aunque esos productos tenían un olor desagradable, manchaban la piel y la ropa y dejaban un tono artificial muy anaranjado. Los autobronceadores han mejorado notablemente pues en la actualidad, no manchan la ropa, consiguen un color más natural, contienen sustancias humectantes, emolientes, filtros solares, perfumes y antioxidantes entre otros.
¿Cómo funcionan los productos de autobronceado? El DHA interactúa con las aminas, péptidos y aminoácidos libres en las capas más superficiales de la piel, produciendo la reacción de Maillard.  La reacción de Maillard es un conjunto de reacciones químicas complejas de aminoácidos con azúcares produciendo polímeros cíclicos y lineales de color dorado o marrón llamados melanoidinas.
A diferencia de la melanina, la melanoidina producida por la DHA no absorbe cantidades significativas de luz ultravioleta, por lo que no ofrece protección contra los rayos UVB, aunque si contra los rayos UVA. Por esta razón es importante que los productos de autobronceado cuenten con filtros solares.
Los autobronceadores con DHA pueden encontrarse en presentaciones diferentes como, cremas, aerosoles, geles, lociones o leches, lo que facilita su aplicación. La coloración aparece de dos a seis horas después de la aplicación del producto autobronceador y la intensidad de color deseado se puede conseguir después de 2 a 4 aplicaciones sucesivas. La duración del tono es de sólo 10 días aproximadamente, pues la reacción de Maillard ocurre en la capa descamativa de la piel, pero este tomo puede mantenerse por más tiempo repitiendo la aplicación cada dos o cuatro días. La piel rugosa no se broncea fácilmente, por lo que se recomiendo una exfoliación previa. Las manos y uñas se colorean con intensidad, por ello es necesario lavarlas inmediatamente después de la aplicación. En rodillas, codos y tobillos ha de aplicarse menos producto para evitar exceso de coloración. La cara requiere menos aplicaciones que el resto del cuerpo, existen autobronceadores específicos para el rostro.


Las pruebas de eficacia que se realizan a los productos de autobronceado, consisten en la medición de melanina y brillo de la piel con equipo especializado. Lo que es muy útil, pues indica la intensidad y naturalidad del tono que ofrece el producto analizado. En Insight OKMR, agencia mexicana, ofrecemos servicios para realizar pruebas de eficacia de una gran variedad de productos de cuidado personal.


BIBLIOGRAFÍA:
Romero M.C., Del Pozo A., Aplicabilidad del dispositivo MX 16 a la evaluación de la actividad de preparados autobronceadores. Offarm, octubre 2001.
Muñoz M.J., Autobronceadores, El papel de la dihidroxiacetona. Offarm, vol.23, núm. 6, junio 2004.