miércoles, 14 de septiembre de 2016

El afeitado ha existido desde la prehistoria, cuando los hombres comenzaron a decorar su cuerpo de la misma forma que lo hacían en las paredes de las cuevas, se cree que las primeras herramientas para afeitar fueron piedras talladas o pociones a base de cal.

La “tradición” de afeitarse el rostro comenzó a popularizarse en el antiguo Egipto, cuando se fabricaron las primeras herramientas de corte fino a base de bronce.  Alejandro Magno fue quien creó la costumbre en la antigua Roma, donde surgieron los “tonsores”, oficio precursor de los actuales barberos [1].

Con el paso del tiempo, las técnicas que se usan para lograr un mejor afeitado han ido perfeccionándose. Actualmente existe una variedad de formas diferentes para lograr un buen afeitado.

La navaja de afeitar tradicional es el instrumento más viejo aún utilizado, aunque durante el siglo XX era el instrumento más común para afeitarse, actualmente, debido a que se requiere de una habilidad y cuidado especial para afilarlas y aún más para usarlas, su popularidad ha disminuido. Actualmente se fabrican navajas con hojas desechables, lo que evita el mantenimiento del afilado para los usuarios que prefieren no hacerlo.

En 1888, fue inventada por los hermanos Kampfe la primera máquina de afeitar caracterizada por proteger la piel de un contacto excesivo con la cuchilla. Sin embargo, la cuchilla que utilizaba debía ser retirada para después afilarse.

A finales del siglo XIX, el empresario King C. Gillette, revolucionó esta idea creando la primera maquinilla de afeitar desechable que proporcionaba seguridad y protección durante el afeitado, comprendida por una hoja delgada de acero, desechable y de bajo costo [2].

En los 60´s se comenzaron a comercializar las maquinillas desechables, que permiten afeitarse varias veces y cuando pierde el filo se desecha completa, incluyendo el mango.

A principios de los años 30, Jacob Schick, había notado la incomodidad que conllevaba el afeitado con cuchilla cuando no se tenía al alcance agua y jabón, por lo que inventó un aparato para afeitar en seco, así es como surgió la primera máquina eléctrica de afeitar. En 1937 logró vender casi 2 millones de aparatos.

La máquina es accionada por un motor y tiene un cabezal con cuchillas que cortan el pelo que entra por unos orificios a nivel de la piel. Puede conectarse a la red eléctrica o utilizar pilas desechables.

A la fecha las herramientas para afeitarse se han ido revolucionando y existen diferentes modelos que se adaptan a las diferentes necesidades y principalmente gustos, claro que siempre está la posibilidad de conservar la barba.

Te dejamos un video:


Referencias

1.       Félix Casanova. (16 abril, 2010). La máquina de afeitar, desde las navajas de bronce…. HISTORIAS DE NUESTRA HISTORIA, 1.

2.       Martin, Richard (6 de agosto de 2001). “The Razor's Edge”. The Industry Standard.